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El negocio crece y la tecnología debe acompañarte

Un golpe de suerte, una buena jugada de negocios, cambios coyunturales en tu mercado específico... Lo importante no fue qué sucedió para que tu empresa experimentara un crecimiento, sino qué medidas tomar, desde el punto de vista de la tecnología, para poder dar soporte a ese incremento. Y hasta potenciarlo.

Los números tanto de la Argentina como a nivel regional son claros y contundentes: el PBI está creciendo y continuará creciendo durante el futuro previsible de la mano de los commodities y de una deuda regional cada vez más fácil de honrar. Todo ello implica una aceleración en el ritmo de los negocios que muchas pymes están concretando.
Lo difícil llega cuando la capacidad ociosa de la compañía rebalsa. Tanto en recursos humanos como en espacio físico hay muchas pymes que llegan a un punto de inflexión crucial. La empresa crece y eso es positivo. Pero ese incremento demanda inversión, y eso genera dudas. Desde el punto de vista de la computación, los planteos en general van por el lado de si la infraestructura ya existente no es suficiente para atender las nuevas demandas.

Si tu empresa tiene una arquitectura tecnológica que no previó escenarios de crecimiento seguramente colapsará, ya que, entre otras cosas, los equipos que no están preparados para cumplir funciones de servidor y que lo están haciendo de todos modos difícilmente provean características de escalabilidad, es decir, es casi seguro que van a colapsar ante el aumento de requerimientos.

Sin lugar a dudas, no es una buena idea “asfixiar” el aumento de sus negocios por la simple razón de que sus computadoras no son capaces de soportarlo.
El crecimiento de tu negocio puede venir por varios frentes algunos de los cuales incluso se dan en forma simultanea: mayor número de empleados que implican una demanda mas grande para la red de tu empresa, programas que utilizan más recursos, un uso de Internet más intensivo, más dispositivos conectados a la red como impresoras son algunas de las situaciones más comunes.

Por eso, antes de comprar un servidor, en particular si se trata del primero, hay que hacer un breve análisis de cuáles son los escenarios posibles a futuro. Por ejemplo adquirir el equipo más barato para ahorrar algunos dólares de entrada pero que luego te das cuenta que no es posible agregar memoria, puede producir que debas tirar toda la inversión a la basura antes de que sea amortizada.

Del mismo modo, comprar un súper equipo puede producir un costo altísimo de entrada por capacidad computacional que tal vez nunca se use. ¿La solución intermedia? Pensar en una infraestructura que acompañe el crecimiento, que permita incorporar nuevos usuarios sin dolores de cabeza ni caídas en la velocidad del sistema y, fundamentalmente, que no agote todo el presupuesto que piensa gastar en tecnología de una sola vez.

Así como tener a los empleados con cero capacidad ociosa es peligroso porque implica que si uno se enferma o simplemente se va de vacaciones peligra el negocio de la empresa, con la tecnología sucede lo mismo: hay que prever tener recursos disponibles que acompañen el dinamismo de la empresa.